La mano que mece la cuna, es la que gobierna...
Esta frase es una realidad que encierra un gran mensaje para las madres y los padres. Cuánto se puede hacer en la vida de una persona tan sólo con regalar una caricia, una palabra de amor, un minuto de paciencia. Tal vez esté colaborando en el crecimiento de un gran líder o destruirlo al hacer lo contrario.
Esta frase es una realidad que encierra un gran mensaje para las madres y los padres. Cuánto se puede hacer en la vida de una persona tan sólo con regalar una caricia, una palabra de amor, un minuto de paciencia. Tal vez esté colaborando en el crecimiento de un gran líder o destruirlo al hacer lo contrario.
Sin lugar a dudas que podemos dar un giro al mundo de acuerdo a la actitud que deseemos tomar.
Es muy triste saber de algunas realidades. Estas duelen como la de saber que hay madres y padres que no deseaban traer a sus niños al mundo. Seguramente haya una triste historia de abandono en esos padres o falta de afecto de su propia niñez, pero vemos como la historia se ...
repite en esos niños que han llegado sin ser deseados. El recordar que se puede romper el molde ayudaría a esos padres a cambiar su actitud.
repite en esos niños que han llegado sin ser deseados. El recordar que se puede romper el molde ayudaría a esos padres a cambiar su actitud.
La sociedad establece ciertas reglas de convivencia que nos llevan a actuar en grupos y llegan a tener fuerza en el proyecto que se deba realizar.
Esto ocurre en nuestros hogares cuando actuamos en consejo de familia. En una familia suelen haber tres sistemas o formas de ejercer el dominio: el sistema autoritario, el sistema permisivo y el sistema participativo.
Los dos primeros se basan en el poder, el tercero es el democrático (casi democrático, diríamos, porque los padres siempre tienen la última palabra), que se basa en un conjunto de valores, dignidad, diálogo, responsabilidad, honestidad, respeto a la persona, a las leyes, a las decisiones.
Sobre estos temas, la licenciada Aragone de Murphy explica que:
El sistema autoritario: el padre o madre gracias a su capacidad para castigar y para recompensar impone al hijo una solución, el hijo desarrolla rencor y no se siente respetado. La consecuencia: es una solución rápida, pero el hijo se siente aplastado, se rebela o se aleja
El sistema permisivo: el hijo se considera omnipotente e impone al padre su solución por medio de presiones y chantajes; el padre cede, pero en el fondo de sí mismo siente rencor y frustración.
Consecuencia: el hijo es creativo pero no se siente amado y no sabe colaborar con sus compañeros
El sistema participativo
Este método es el de los ganadores, donde todos reconocen los valores de cada uno.
Consecuencia: colaboración, creatividad, participación, estima, y confianza todos crecen y son reconocidos como valiosos y capaces, los padres crean condiciones para que pueda haber igualdad a nivel de participación y junto con los hijos buscan una solución satisfactoria para ambos
La autoridad se ejerce a partir del servicio, de la firmeza, de la ternura, sin la vigencia de esos valores se inhabilita el sistema y se vuelve o al autoritarismo o al permisivo.
“Que el hombre es un hijo de Dios es el conocimiento más importante que puedan tener los mortales” (presidente Marion G. Romey).
En proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de el”
Las personas, por su misma historia de vida no son iguales en experiencia, pero son iguales en derechos como seres humanos que habitan esta tierra. Tienen el mismo derecho al respeto y a ser escuchados en opinión, en necesidades y sentimientos. Y tienen las mismas obligaciones de educar, amar, cuidar y proteger.
El presidente Gordon B. Hinckley dijo: “Es sumamente obvio que tanto lo mejor como lo peor del mundo hoy son los frutos dulces o amargos de la crianza de los niños de ayer. Según enseñemos a una nueva generación, así será el mundo unos pocos años después. Si os preocupáis por el futuro, mirad hoy por la crianza de vuestros hijos”.
por Gladys N. Farias
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